Entre 1 y 3 horas.
Local y sedación.
No se requiere.
De 10 a 12 días.
20 días.
3 meses.
Con la blefaroplastia no se corrigen las patas de gallo. Para mejorar las patas de gallo lo ideal es recurrir a los tratamientos con inyecciones de toxina botulínica. Resultado casi inmediato y sin tener que pasar por el quirófano.
Nuestro objetivo es eliminar exceso de piel y grasa periocular y no intervenir en el funcionamiento muscular del mismo, por lo que no cambia la expresión facial. Sí es posible observar un cambio estético en el marco orbitario, una mirada más despejada, más abierta y rejuvenecida, con menor expresión de cansancio.
La incisión para la realización de blefaroplastia superior se camufla perfectamente ya que se aprovecha el pliegue natural existente en el párpado. Suele pasar desapercibida a no ser que el paciente tenga tendencia a la aparición de queloides o cicatrices hipertróficas.
Uno de los motivos por el que se realiza esta intervención es porque el exceso de piel del párpado superior disminuye el campo visual del paciente. Con la intervención mejoraríamos ese campo de visión. Es posible que el paciente tenga molestias oculares como quemazón, sequedad o hipersensibilidad a la luz. Por ello, se recomienda una técnica de lavado especial y la protección solar con el uso de gafas de sol de gran tamaño.
En los casos más habituales como el desprendimiento de retina o el glaucoma, si están controlados, no hay contraindicación ya que no actuamos sobre el globo ocular.
La sequedad ocular tras una blefaroplastia es común y suele ser transitoria. Es más frecuente cuando ya existía sequedad previa o mala calidad de la lágrima o cuando se usan técnicas de colgajo miocutaneo inferior o resecciones excesivas.